La insuficiencia venosa, también conocida como várices o venas varicosas, son venas hinchadas a causa de una acumulación anormal de sangre debido a debilidad, a menudo heredada, en las paredes y válvulas de las venas superficiales. Estos hace que las venas se ensanchen y se dilaten, de manera que la sangre se acumula fácilmente cuando una persona permanece de pie durante mucho tiempo.
Entre las principales causas de la aparición de várices se destacan:
Los factores hormonales asociados, sobre todo, a los cambios en los niveles de estrógenos, pueden colaborar también en la aparición de esta enfermedad. Estas alteraciones en los niveles hormonales explican por qué los primeros síntomas de insuficiencia venosa aparecen en las mujeres con las primeras mestruaciones, y se agravan durante la menopausia. Como los anticonceptivos orales suponen la ingesta de preparados hormonales, pueden tener influencia sobre la circulación venosa. Sin embargo es necesaria la predisposición genética para que se desarrolle una insuficiencia venosa por tal motivo.
Las manifestaciones clínicas más comunes son:
El diagnóstico es clínico en la mayoría de los casos. Es decir, la mayor de los pacientes llegan a la consulta del dermatólogo con el diagnóstico de várices ya realizado, puesto que estas son visibles. En estos pacientes el especialista efectúa una valoración de ls características de las várices, su distribución y el origen anatómico.
Prevención:
En la actualidad no existe ninguna medida que ayude a prevenir la aparición de las várices. No obstante, en Cderma destacamos que un estilo de vida saludable, realizar ejercicio físico, evitar el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo contribuyen a que, si una persona tiene riesgo de desarrollar várices, éstas estén más controladas.
El tratamiento de la insuficiencia venosa y las várices abarca un amplio espectro de posibilidades que van desde los tratamientos farmacológicos, medias de compresión y escleroterapia.